martes, 13 de julio de 2010

RETRATOS DE PERFIL

El retrato de perfil es una de las primeras aproximaciones al dibujo del ser humano. Vemos las pinturas egipcias, o los relieves acadios. Allí aparece representado el hombre con uno de los convencionalismos más populares: el ojo de frente y el rostro de perfil.


Se nos indica , muchas veces, que este hecho se debía a la ignorancia de los artistas, a su escasa capacidad de obsevación. Pero nada más lejos de la realidad.
Observando el busto de Nefertiti, obra maestra del retrato de todos los tiempos, nada de eso encontramos en los ojos.


Son ojos, que , sorprendentemente, están totalmente de perfil. Además, las proporciones entre las partes del rostro coinciden de manera milimétrica con las que establece un clásico como Leonardo.
Sin embargo, del mismo período es este perfil de Akhenatón, su marido.




La perfección modélica de Nefertiti contrasta con la ruptura de las relaciones de las partes del rostro. Esa oreja, fuera de su sitio, la mandíbula descomunal y la delgadez enfermiza ha suscitado la siguiente pregunta.¿Era así, realmente?
A veces nos olvidamos de que tenemos la misma capacidad de crear, sintetizar , o idealizar que las civilizaciones antiguas. Si de nuestra época sólo quedara un dibujo manga, cuatro mil años después nos despreciarían , seguramente, por no habernos fijado en que los ojos humanos no tienen ese enorme tamaño, o la nariz es tan diminuta.

¿Porqué los egipcios no podían elegir interpretar un retrato?

Elegir un retrato de perfil para empezar a dibujar suele ser habitual. El motivo es que el perfil permite reconocer un rostro por su contorno, es decir, las lineas que lo forman lo separan del fondo, y así se crean multitud de referencias basadas en una forma recortada que es más fácil de sintetizar. El fondo actúa como una forma negativa que complementa la referencia de la cara. Por ejemplo, si nos fijamos en la frente, la linea que trazamos está marcada por el positivo del rostro, pero también por la forma que deja en el fondo.
Los principiantes de todos los tiempos lo han sabido, pero cuando el dibujo se puso de moda entre las diversiones de sociedad, desde el XVIII ,las señoritas realizaban retratos de silueta ayudadas por una vela y una cuadrícula.

Perfil de Jane Austen, hecho con la técnica del contraluz y el papel cuadriculado.

Esta idea provenía de la representación numismática, que plasmaba gobernantes, héroes y dioses en monedas y familiarizaba con esta imagen. Desde el Quatrocentto se consideró elegante elegir este tipo de retrato, y muchos mecenas se inmortalizaron así.

Piero della Francesca pintó a Federico de Montefeltro y a su esposa, en un paisaje plagado de referencias simbólicas. Sus perfiles se recortan nítidamemente sobre un fondo claro. Incluso se atrevió a trabajar el contraluz en el retrato masculino, que ensombrece el rostro.

En este de Antonio de Pollailolo podemos observar relaciones geométricas entre las partes del rostro. La situación del ojo, siempre en la entrada que marca el puente de la nariz. El párpado, en horizontal con la oreja y la barbilla alineada en vertical con el ojo. Son relaciones ideales que no permiten establecer una regla fija pero sí aproximada.


A la búsqueda de una norma fija, perfecta y matemática , se dedicó Leonardo da Vinci. Lo mismo que estudiaba las proporciones del cuerpo, estudió también las relaciones entre las partes del rostro, y como expresarlas geométricamente.
Veamos estos dos ejemplos de sus estudios.



El primero es un estudio ideal de una cabeza, inscrita en una circunferencia . Establece el punto ideal del nacimiento del pelo como centro de una circunferencia que abarcaría nariz y borde de la oreja .
El segundo es uno de sus estudios de anatomía. En él al dibujo de un hombre real, posiblemente un cadáver, Leonardo superpone una cuadrícula que relaciona frente con barbilla, párpado con oreja, etc. El esquema de proporciones es una gran ayuda si se quiere profundizar en las proporciones subyacentes, pero para un artista como Leonardo estas relaciones se establecen de forma natural, sin ayuda de reglas. Por así decirlo, le sale solo.


Boceto para la "Batalla de Anghiari"

Pero el esquema interior está ahí, aún en el dibujo más rápido. Si enmarcamos el rostro en un cuadrado, que subdividimos en cuatro partes iguales, tanto verticales como horizontales, encontramos que se mantienen las relaciones entre ojo y oreja y la vertical del rostro y la barbilla. .


Y el dibujo es paradigmático. Es una imagen masculina ideal, la de su discípulo Salai, al que Leonardo admiraba por su belleza de efebo.

Parece fácil acometer un retrato de perfil, pero no lo es tanto. Hace unos días, visité la cripta de los duques de Alba en Loeches, Madrid. Al parecer , según nos contó nuestro compañero Javi, por esa cripta , donde hay unas pocas tumbas , pasó el oro de Moscú. Y con él , tendrían que ir unos milicianos que se entretuvieron dibujando en las paredes. Había varios dibujos, algunos simples garabatos, pero me gustaron especialmente dos.

Porque me recordaron los errores que comenten mis alumnos cuando les he pedido que hagan un retrato. El primero,es este dibujo de una mujer fumando, una miliciana seguramente.



Hay que fijarse en el ojo. Su forma tiene que ser mucho más triangular, pero lo que desconcierta más es la situación. Tiene que ir situado justo a la altura del puente de la nariz, en esa incursión de la linea de la frente hacia dentro. Y no demasiado pegado al borde. Sin embargo, es un error que se perpetúa en los adultos que no han perfeccionado su dibujo desde la adolescencia .
El segundo es la altura de la oreja. Como hemos visto,tiene que estar en horizontal con el párpado, milímetro arriba , o abajo. Pero es frecuente ponerla mucho más abajo.
Y el tercero, el tamaño del cráneo. El rectángulo señala lo pequeño de su tamaño. Comparemos con el retrato de Salai.Es una lucha convencerles de que el cráneo es muchísimo más grande. Suelen "comerse" una tercera parte, e incluso dudan si se lo comento y dicen : Pero eso es un cabezón.Quizá si se lo ven a Leonardo acaben por creerme.

El motivo de este error es que fijamos atención en los rasgos más importantes del rostro , las lineas de la cara, y lo demás es sólo un complemento, carece de importancia. En un retrato de frente, la cara ocupa la mayor parte del espacio, y la frente y el nacimiento del cabello queda definida con unas lineas escasas.


Miremos en cambio este otro. En mi opinión no fue realizado por la misma mano, porque demuestra una seguridad en la colocación de los rasgos de un dibujante bastante experto. Aún así tiende a hacer la parte visible de la pupila muy grande, cuando la verdad es que queda oculta por el párpado. Pero conceder una importancia excesiva a los ojos ha sido muy frecuente en las representaciones humanas, porque en su expresión se deposita la vida.
No sé cuanto tiempo pasarían en esa cripta. La verdad es que es inhóspita. Me los puedo imaginar jugando a las cartas, bebiendo, contando historias. Alguno de ellos se apartaría del resto para dejar constancia de su presencia, y sus habilidades. Y tuvieron la suerte de que nadie los borrara durante más de setenta años. Quizá no les concedieron importancia, como a tantos grafitis que llevan horadando piedras de nuestros monumentos. Pero bajo ellos late el mismo sentimiento de permanencia que escribía Jan van Eyck en su obra maestra: Estuve aquí.

jueves, 1 de julio de 2010

EL SATURNISMO, UNA ENFERMEDAD ARTÍSTICA


Saturno devorando a sus hijos.(fragmento). Goya

No hace mucho tiempo, la profesión de pintor hubiera tenido que considerarse de alto riesgo para la salud. La belleza que desprenden blancas veladuras, suntuosas telas , e incluso pequeñas ilustraciones en los códices medievales, costaron la vida y la salud mental a un número indeterminado de artistas.

La enfermedad a la que estaban expuestos se llama Saturnismo. Consiste en una intoxicación por metales pesados, especialmente el plomo. Los síntomas de la enfermedad son : cólicos, dolores de cabeza y embotamiento, en fases leves. Si la enfermedad se desarrolla más, por exposición continuada al plomo, provoca agresividad, sordera y finalmente , la muerte.

Parece ser que fueron los romanos los primeros en sufrir sus efectos perniciosos. Durante las fiestas en honor del dios Saturno, las Saturnales, se consumía una gran cantidad de vino.El vino se preservaba en ánforas forradas de plomo, que se disolvía en la bebida, provocando comportamientos desordenados y enloquecidos que motivaron que se le diera este nombre a este trastorno. Algunos autores señalan que el Saturnismo puede ser la causa de la locura recurrente en los Julio-Claudios ( Calígula, Nerón, ).

Vitrubio, de hecho, ya era consciente del peligro del plomo, y recomienda que se utilice como recubrimiento de cañerías de aguas residuales, pero nunca de aguas potables. Esta enfermedad afectaba más a las clases altas, ya que tenían mayor acceso al vino y a ánforas recubiertas con sustancias sofisticadas.

El envenenamiento lento por metales pesados puede ser rastreado con facilidad, porque queda fijado en los huesos. De esta forma, se investigó sobre los restos de Beethoven, y se llegó a la conclusión de que había padecido Saturnismo.

EL veneno del plomo estaba en pigmentos imprescindibles para los pintores. Tres son los colores más importantes. El primero, el albayalde, o blanco de plomo. Hasta el descubrimiento de los pigmentos sintéticos, el blanco más importante. Muy cubriente, permitía además efectos de transparencia necesarios para las veladuras.


Las magníficas posibilidades del blanco de plomo en el luminoso vestido de la condesa de Chinchón, de Goya.

Su nombre árabe da idea de la universalidad del pigmento. Barato, fácil de obtener, hasta hace poco se usaba para también para pintar paredes, con el consecuente riesgo de intoxicación.

Un luminoso amarillo, el de Nápoles, es el segundo pigmento en importancia. Era de uso muy común , sobre todo por ser económico, desde el barroco. Se basaba en una síntesis química del antimonio. Es poco cubriente, pero sus competidor el amarillo índigo es mucho más caro y el ocre amarillo no permite los matices untuosos y brillantes.

Cesto con frutas, de Caravaggio.

El bodegón se recorta sobre el fondo amarillo de Nápoles.


Y el más peligroso de todos, por lo fácil de encontrar , se utiliza desde muy antiguo, es el tetróxido de plomo, o en lenguaje común , el minio. Es un pigmento rojo anaranjado, que se encuentra de forma natural, en concreto proviene de las márgenes del Miño. Y se utilizó sobre todo para iluminar códices y manuscritos medievales. Del minio proviene la palabra miniatura.


Beato de Fernando II y Doña Sancha.
El minio da los tonos rojo-anaranjados del fondo.


Hasta hace poco se usaba como antioxidante, para proteger superficies expuestas a la intemperie. Todos ellos son tan tóxicos que están prohibidos. Todavía se puede encontrar amarillo de Nápoles, pero es una imitación química sin peligro alguno.

El Saturnismo tiene un aura especial en su relación con el arte. Desde Vasari, el artista ha sido valorado según un código de comportamiento especial en el que destaca la excentricidad. La violencia, los excesos, los ataques temperamentales, todo ello está asociado con los artistas , pero también con Saturno, el dios romano capaz de acciones tales como devorar a sus hijos.

Se atribuye en parte la violencia exacerbada del comportamiento de Caravaggio, que buscaba y provocaba peleas sin motivo alguno , a un saturnismo provocado por su contacto constante con colores tóxicos.




Judith decapitando a Holofernes.
Caravaggio.


También la exposición a pigmentos tóxicos pudo ser la causa de la misteriosa enfermedad de Goya, que le provocó sordera y una creciente misantropía, al igual que Beethoven. Comportamientos que no son raros en la idea que tenemos de un genio artístico.


Arrieta atendiendo a Goya durante su enfermedad.


Algunos estudios recientes atribuyen al saturnismo las crisis periódicas de Van Gogh que le provocaban ataques de agresividad, contra sí mismo y contra los demás.



Van Gogh, autorretrato con oreja cortada.


Estas especulaciones están confirmadas en un caso : el de Marià Fortuny. Fortuny era un gran dibujante y un pintor fascinado por la luminosidad de los colores, que obtuvo la beca de la Academia Española en Roma, donde desarrolló gran parte de su trabajo.


Pero el talento de Fortuny se apagó en plena juventud debido a una mala costumbre: Sujetaba los pinceles con la boca cuando trabajaba en sus acuarelas. Entre las sustancias que introducía en su organismo estaban arsénico (verde),cianuro (azul de Prusia), , mercurio (bermellón)y plomo (blanco y amarillo). Todos ellos metales pesados.


La mirada nostálgica que evoca el pasado como un tiempo en el que el hombre vivía en mayor armonía con la naturaleza, a veces nos hace olvidar las ventajas que ha traído la tecnología industrial. La mayoría de estos pigmentos tienen ahora una imitación sintética que hace prácticamente inocuo el contacto con ellos.